domingo, 5 de mayo de 2019

Arte en el retiro

El viernes 4 de mayo asistimos a dos exposiciones de arte: “Autorretrato de otro” de Tetsuya Ishida y “Cuatro moldes” de Charles Ray, de las cuales me llamó mucho más la atención la primera.

A medida que observaba los cuadros me daba cuenta de que todos los cuadros utilizaban un mismo patrón, la misma persona, con un rostro fijo y en diversos espacios. La expresión facial mostraba tristeza, cansancio y dolor, tanto que hasta podíamos llegar a sentir esa sensación de malestar que se intentaba transmitir. Estos cuadros me sorprendieron porque entendí que el arte es una herramienta muy potente. Este autor consiguió expresar todo el dolor y la represión que el sentía, ha conseguido transmitir todo ese dolor, ha conseguido hacernos sentir cosas y ha hecho que muchos reflexionemos sobre el capitalismo, las tecnologías y la vida rutinaria e insípida en la que estamos inmersos.

Las imágenes que más me impactaron como docente que soy fueron dos:

Me llamaron la atención porque el enfoque del pesimismo y el dolor está llevado al ámbito escolar. ¿Por qué ha podido hacer eso? Lo que a mi me ha transmitido es la monotonía que puede llegar a existir en la escuela, haciendo que sus alumnos no se interesen por las clases o por adquirir conocimientos, sino que acuden desmotivados, inmersos en un mundo rutinario. Un mundo rutinario del que no pueden escapar y que les asfixia (como se puede ver en la imagen de la izquierda).



En conclusión, lo que me ha transmitido esta exposición es el dolor y la tristeza, el retraimiento social, como muestra la obra de Cochinilla durmiendo. Una sociedad donde se han convertido en robots (o más bien, nos vamos convirtiendo en robots) y no expresamos ni sentimos nada, solo el malestar en una sociedad donde el capitalismo nos está alienando cada vez más.


Celia Moyano García. 

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